“Cada vez que por amor a Dios compartimos nuestros bienes con el prójimo necesitado, experimentamos que la plenitud de la vida viene del amor y todo nos regresa como bendición en forma de paz, de satisfacción interior y de alegría”,
“Cada vez que por amor a Dios compartimos nuestros bienes con el prójimo necesitado, experimentamos que la plenitud de la vida viene del amor y todo nos regresa como bendición en forma de paz, de satisfacción interior y de alegría”,