MADRID, jueves 18 octubre 2012 (ZENIT.org).- Hoy hace un año que el Tribunal de Justicia Europeo dictó una sentencia (en el caso Brüstle v. Greenpeace) para resolver una cuestión planteada por el Tribunal Supremo alemán sobre la posibilidad o no de patentabilidad de un procedimiento de células progenitoras neuronales obtenidas a partir de células troncales embrionarias.
La citada sentencia excluye, sin lugar a dudas, la posibilidad de registrar en toda Europa patente alguna que sea fruto de investigaciones que hayan implicado la manipulación y destrucción de embriones humanos, así como la utilización de éstos con fines comerciales e industriales. El alto tribunal se fundamenta en la legislación europea sobre patentes (que impiden patentar el cuerpo humano en cualquier etapa de su desarrollo) y en el respeto debido a la dignidad humana desde la fecundación.
La sentencia europea choca frontalmente con la legislación española sobre reproducción humana asistida e investigación biomédica, que permite la selección y destrucción de embriones así como su manipulación o incluso la clonación. “Resulta paradójico que en tiempos de recortes España siga financiando proyectos de investigación con células troncales embrionarias que incumplen la legislación europea, tienen un alto coste y después de 10 años no han dado ningún resultado terapéutico”, indica Teresa García-Noblejas, secretaria general de Profesionales por la Ética.
Por ese motivo –informa ZENIT en una nota Profesionales por la Ética–, más de tres mil científicos, investigadores y profesores universitarios, y una veintena de asociaciones y entidades, como Profesionales por la Ética, CiViCa o la Asociación de Bioética de Madrid, han firmado un manifiesto que, basándose en la sentencia del Tribunal de la Unión Europea, solicitan al gobierno un cambio radical en la legislación española así como el fin de la destrucción de embriones humanos y la asignación de recursos a proyectos que los manipulen o destruyan.
“Por el contrario –explica García-Noblejas- piden que se dediquen los suficientes recursos económicos a proyectos que utilicen células troncales adultas y células IP’s, que están cosechando éxitos notables y numerosos. La concesión del Premio Nobel de Medicina al japonés Shinya Yamanaka, considerado padre de las células IP’s (células madre pluripotenciales obtenidas a partir de células adultas) ha respaldado esta línea de investigación”. (Ver: http://www.zenit.org/article-43315?l=spanish).
Entre los más de tres mil firmantes del manifiesto se encuentran científicos como Nicolás Jouve de la Barreda, César Nombela, Mónica López Barahona, investigadores como Celia Sánchez Ramos, Mireya Santos, Gerardo Martínez Albillos, María Consuelo Soler y Josep M. Tomé Cubiró. Entre los médicos, José Antonio Usandizaga, José Jara, Adolfo Sequeiros o Antonio García García.
Junto a ellos, docentes universitarios de diferentes disciplinas como José Miguel Serrano Ruiz-Calderón, Ignacio Sánchez Cámara, Antonio Barcelona y Daniel Turbón.