En 1968 el Santo Padre Pablo VI ante la amenaza de control demográfico y de la degradación de lo mas íntimo y esencial de la humanidad, responde con la encíclica Humanae Vitae con carácter de urgencia” A todos dirijo una apremiante invitación, considerad esta misión como una de vuestras responsabilidades más urgentes en el tiempo actual.” Sin embargo fue aceptada por una minoría y para nadie fue urgente, exepto para Juan Pablo II que continúo la obra, para que tu y yo la hagamos nuestra urgencia.