“Vuestra tarea consiste en conseguir que el pan sea suficientemente en la mesa de la humanidad y no en fomentar el control artificial de nacimientos -que sería irracional, a fin de disminuir el número de comensales en el banquete de la vida”. Dijo su Santidad Pablo VI ante los problemas que se tenían en los años 1960; pánico a la explosión demográfica, se había llegado a los índices más altos de población y consideraron que esto podría ir en contra del progreso económico y de la contaminación ambiental y que los recursos del planeta se acabarían, para lo que se delineo una campaña antinalista. Además los anticonceptivos solucionarían el alto índice de aborto, que conmocionaba a todos, especialmente a los sectores religiosos, Estos anticonceptivos aparecían como el mal menor para la solución de un gran mal.La catástrofe demográfica que hoy se vive en algunosa paises (sin gente)es el resultado de los anticoncepcionistas y del silencio del que tenía la misión de parar esta horrible corriente. Agredecemos a los matrimonios que en Chile hoy tiene familias numerosas y a los religiosos que han sido valientes,