Glasgow (Lunes, 23-07-2018, Gaudium Press) Sobre diversos tópicos se expresó Mons. John Keenan, obispo de Paisley, Escocia, en entrevista con el National Catholic Register. Uno de ellos fue las consecuencias del desconocimiento de los postulados de la encíclica de Pablo VI Humanae Vitae, particularmente aquellos referentes a la contracepción.
Explica el obispo que el Papa Montini preveía el terrible impacto que la contracepción traería a nivel personal y cultural, en cuatro campos: “Infidelidad [conyugal] y decadencia moral; pérdida de respeto por las mujeres; abuso de poder -incluyendo los poderes industriales en el mundo en desarrollo- y ansia de las personas por un dominio ilimitado sobre sus propios cuerpos”.
“Ahora vivimos en ese mundo contraceptivo, que es al mismo tiempo la casa del aumento creciente de divorcios, abortos, padres solteros y enfermedades venéreas fuera de control; es un mundo de #MeToo, en el cual las mujeres se sienten más presionadas y menos valoradas que antes; una realidad global de la esterilización forzada de innumerables mujeres en África y abortos forzados en China, que ha entrado en una crisis de subpoblación, seguido de cerca por Europa occidental, que enfrenta su propia crisis de orientación sexual o identidad de género y suicidios, no menos entre los jóvenes, en una proporción casi epidémica. Con cualquier métrica, es difícil no ver, sobre el terreno, cómo la anticoncepción ha empeorado a la sociedad y la ha puesto cerca de un punto de crisis. Son solo los ideólogos quienes no admitirán ninguna evidencia de lo contrario, que creen que así es como se ven la libertad y el progreso”, insistió Mons. Keenan.
Dadas las consecuencias globales catastróficas reportadas por el obispo escocés, él mismo invita a aquellos que “eran escépticos o timidos dentro de la Iglesia en apoyar la Humanae Vitae en los tiempos pasados”, a “darle un total respaldo hoy, a la luz de los últimos 50 años de amarga experiencia”.