Alquilar un vientre es una de las posibilidades que tienen las parejas con dificultades para ser padres. En España no existe posibilidad real de hacerlo porque no es una práctica legal, como no lo es en muchos países. Por eso muchas parejas lo hacen en otros países donde sí está permitido, a menudo a través de agencias que lo gestionan todo.
Una mujer de Tailandia fue el vientre de alquiler de una pareja australiana y en el proceso gestó a dos niñas mellizas. Una con síndrome de Down y una cardiopatía y la otra sana. Lo impresionante del asunto, lo que muestra la cara más amarga y egoísta del proceso, es que cuando nacieron las dos niñas la pareja se quedó con la niña sana dejando a su hermana con la madre de alquiler.
Según cuentan en El Mundo, en cuanto se supo que la mujer gestaba a dos hermanas y que una de ellas tenía síndrome de Down, el matrimonio pidió que se realizara un aborto. La mujer se negó, las niñas nacieron y la pareja se quedó solo con la niña sana.
Todo fue gestionado por una agencia intermediaria. Por un lado estaba la pareja de australianos que pagó para tener un bebé y por otro Pattaramon Chanbua, una mujer de 21 años que trabaja en una cocina, madre de dos hijos de seis y tres años. Al parecer tiene muchas deudas y, cuando un mediador le sugirió ganar 10.000 euros a cambio de gestar a un bebé no pudo negarse, ya que con ello podría pagar la educación de sus hijos y saldar las deudas.
Ahora el ministerio de Asuntos Exteriores investiga el caso, ya que aún no se ha identificado a la pareja y los únicos datos que se conocen provienen de la mujer que gestó a los bebés, ya que la agencia intermediaria no se ha pronunciado.
Al hacerse pública la historia muchos australianos se han ofrecido para adoptar a la niña, que se llama Gammy. Además, en una campaña llamada Hope for Gammy se han recaudado ya 202.000 dólares, superando hoy mismo los 200.000 que se necesitaban, porque necesita urgentemente una intervención de corazón que la mujer no puede pagar.
Ojalá Gammy sea feliz con la familia que siempre mereció (que ahora es la madre que la gestó y sus dos hermanos) y del resto sacad vosotros/as las conclusiones que consideréis oportunas. Está claro que si juegas con la naturaleza pueden pasar estas cosas, y está claro que hay personas que tienen la misma sensibilidad que un zapato viejo.