El Padre Meninnguen sobre el Padre KENTENICH
Después del acta de fundación, en 1914, los sucesos alrededor del 18 de octubre 1914 han sido relatados un poco erradamente. Los que escriben la historia lo han relatado así como un Pentecostés, el entusiasmo después de 10 a 20 años lo trasladaron al 18 de octubre mismo.
En realidad fue así: después de 8 a 10 días la plática se había olvidado totalmente; ya no existía en la conciencia pública. Nadie de nosotros había captado la importancia de ella; solo nuestro padre comprendía la trascendencia de ese acto. Eso prueba que el padre la anotó muy exactamente y la guardó por muchos años en sus actas. En los escritos nuestros y de José Engling, y H Wormer, no se encuentran ni siquiera en el contenido Nuestro padre también calló sobre esto.
Solamente en el año 1925 el padre Kastner la sacó del archivo por insinuación de nuestro padre y sólo entonces nos dimos cuenta de su importancia. Alrededor de nuestro padre había un círculo al que pertenecía el padre Kolb con su barba, el padre Mulbayer que como San José, era el procurador de la casa.
Cuando se supo que el 18 de octubre fue la verdadera fundación de Schoenstatt nació la pregunta de cómo llegó nuestro padrea ese momento de fundación?
Nadie le quería preguntar porque era algo indiscreto
Preguntarle qué había pasado en su alma. Me pidieron a mí que le preguntara porque dijeron que lo podía hacer mejor.
Un día con una ingenuidad filial, le dije; padre ¿Ud tuvo el 18 de octubre una visión o ha llegado al momento de fundación a través de gracias místicas?
El padre Kolb se puso muy serio, casi enojado, el que leía tantos escritos místicos estaba seguro que eso no se podía preguntar a una persona. Nuestro padre se río y contestó que sólo por los signos de la Divina Providencia, sin visiones, ni gracias místicas o milagro.
En la noche el padre Kolb me tomó por la esclavina y me dijo-“quédese acá” con una cara muy seria me dijo: “como se atreve a preguntarle a nuestro padre sobre asuntos de su alma? Solamente porque es muy joven se puede perdonar que ud haya hecho esas preguntas tan atrevidas”
Tuve un gran cargo de conciencia pensando que había hecho algo muy malo. Volví a la pieza del padre K. y le dije: Padre el padre Kolb se enojó por lo que le pregunté “Tu pregunta no es atrevida” me contestó Hace tiempo que estaba esperando que me hicieran esa pregunta. En estos casos no soy una posesión privada, sino de toda la familia; la familia debe y puede saber cómo ha surgido el 18 de octubre; el 18 de octubre fue un riesgo muy grande, la puerta se abrió muy poco, pero quedó la certeza que Dios había hablado; tenía que esperar hasta la Divina Providencia misma mostrará el 18 de octubre como el momento de fundación.
Tenemos que imaginarnos la paciencia de nuestro padre para esperar que la semilla brotara en las almas y necesitó muchos años y tampoco brotó igual y da la misma manera en cada una de ellas. Sólo en José Engling encontramos todo el contenido del acta de fundación. Tampoco en mis apuntes he encontrado algo, tengo todos los temas de aquel tiempo, pero en ninguna parte del 18 de octubre como acta de fundación.
En Jose Engling encontramos todo el contenido, incluso dijo que era el acta fundación vivida. Encontramos la consagración de los congregantes, lo que hoy es la alianza de amor, la contribución del capital de gracias, vinculación local al santuario.
José Engling no supo del 18 de octubre, a pesar de vivirlo. Murió antes de que el 18 de octubre de 1914 fuera reconocido oficialmente como el momento de fundación del movimiento.
Ahora observamos el trabajo educativo de nuestro padre para llevar el contenido del acta en la conciencia pública. Los principios fundamentales
Educativos se puede reducir a dos frases 1) mínimo reflexión y máximo de vida 2) conducción a través de dirigentes y de contacto personal.
Habíamos pasado un año en Erhebreistein y el año 1915 volvimos a Schoenstatt. La casa de estudios se había transformado en un hospital y abajo llevábamos
una vida muy pobre; el padre espiritual participaba de esta vida. No teníamos ni camas ni muebles. Unas payasas al lado de la otra y una maleta para guardar todo lo que teníamos; junto a nosotros había muchas lauchas. En el año 1916 había una hambruna muy grande; sin papas ni pan, solamente remolachas. Además teníamos un padre prefecto muy estricto que podía dar castigos muy duros por las faltas más mínimas de disciplina. El castigo más fuerte era hincarse al lado del piano y no recibir comida. Los jóvenes decían que tenían que ayudar misa junto al piano. Se podría suponer que en esas condiciones era difícil aspirar al ideal y pensar en el contenido del acta de fundación.
Cuando llegamos a la primavera de 1915, tuvimos una sorpresa. El santuario estaba arreglado muy bien y con estrellas pitadas en el techo. NO había imagen de la Mater sino de San Rafael. Nosotros nos sorprendimos, pues la habíamos visto antes y sólo servía para guardar herramientas. También había alambres de electricidad y se podían hacer cortocircuitos. Un padre tenía la responsabilidad de la casa y de la luz; nos íbamos a la capilla y hacíamos cortocircuitos y con esto nos vengábamos del padre prefecto.
Ahora todo era distinto y me fijé que los congregantes iban; muy seguido al santuario. Observé a Max Brunner y a José Engling. Se adelantaban a altar sacaban un papelito los leían y se iban. Cuando una vez estuve solo también saqué un papelito y los leí.
Eran los pequeños sacrificios: he hecho bien las tareas, hice bien el aseo, no enojé al padre x.
El enigma era cada más grande. Los congregantes
hacían conferencias que ellos mismos redactaban.
Mi asombro fue más grande cuando supe que José Engling dirigía una discusión. Era increíble porque tenía una falla en el lenguaje; no podía pronunciar bien las s y la r. El colmo de las sorpresas fue cuando supe que el padre espiritual estaba sentado al final, sin decir nada; sólo al término hacía una síntesis.
Nosotros los más jóvenes queríamos ser candidatos para la congregación. Cuando no entendíamos algo íbamos a la pieza del padre y así le pedí que me explicara lo del santuario. Nuestro padre me dijo;
“habla con José Engling “.Yo le dije con cara larga.
¿Con él? Aquí estaba contenido todo. José Englin no me gustaba, era diferente con H Wormer, P. Eise,etc. El andaba un poco agachado, tenía un peso pesado
Y cuando corría parecía que derribaría os muros. Los otros eran jugadores más elegantes, podían lanzar
la pelota etc….pero ¡Jose Engling! Lo único que impresionaba que era auténtico, no quería aparecer más de lo que era. Era un buen compañero. Ayudaba a los alumnos más débiles aunque a él mismo le costaba.
Nuestro padre me dejó con esta respuesta y después nunca preguntó.
Nos confesamos con él y lo hacíamos con gusto. Los pequeños pecados se tocaban pero lo más lindo era poder decirlo en el reclinatorio todo lo que uno pensaba .Pero él no me preguntó por Jose Engling.
Un día le dije a éste” no me quieres explicar lo de la congregación”. Me recibión con los brazos abiertos, pues estaba esperando que lo hiciera. Él había elegido a algunos de mi curso y pensaba que así tendría el curso entero; yo creo que fue por consejo del padre espiritual.
En el recreo conversamos mucho sobre la congragación. Un día José Engling habló sobre la congregación a la Virgen y esto lo hizo tan sencillamente y solemne que me tocó el corazón. Esa conversación me emocionó mucho y esto también lo confirmaron otros Cuando uno hablaba con José Engling sentía que estaba cerca de la Mater y uno se acercaba a Ella. Desde aquella noche no le hice más bromas; antes le había hecho muchas, especialmente por su pronunciación. El profesor de alemán le había dicho que tenía que repetir una frase para hacer ejercicios. Cada noche él se iba a su puesto y repetía su frase y nosotros como un coro, repetíamos la frase y le decíamos; “tenemos que ayudarte”. Cuando era mucho, tristemente se iba. Hoy todavía me arrepiento.