CIÓN CENTRAL, 15 Abr. 17 / 10:02 am (ACI).- Al concluir la Semana Santa aparecen el conejo y los huevos de Pascua, en muchos casos fabricados de chocolate, y muchos se preguntan si estos símbolos tienen alguna relación con la fe católica. Aquí te explicamos su sentido.
El problema que se presenta en estos días surge del proceso de secularización que ha ido poco a poco quitándole el carácter cristiano a estos elementos, como ha sucedido con la Navidad y con “Papá Noel”, una figura inspirada en San Nicolás de Bari.
El huevo de Pascua
El huevo era considerado por los primeros cristianos como símbolo de la Resurrección de Jesús. En la Edad Media, cuando llegaba la Pascua los huevos se pintaban de colores y se consideraban objetos muy preciados.
En el siglo XVII, el Papa Pablo V bendijo el huevo en una plegaria, quizás para dejar la prohibición decretada por la Iglesia en el siglo IX, de no consumirlos durante la Cuaresma.
La llegada de la Pascua suponía el levantamiento de la norma. Se puede decir que se realizaba el “festín del huevo” porque representaba el regocijo y la vuelta a la alegría. Con el tiempo, se levantó el veto y se mantuvo la costumbre de celebrar la Pascua consumiendo y regalando huevos.com/adsense/support/bin/request.py%3Fcontact%3Dabg_afc%26url%3Dhttps://www.
, Alejandro Bermúdez, explicó que en algunos países de Europa, como Italia, en el Domingo de Ramos muchas familias llevan huevos a la iglesia para bendecirlos y consumirlos en el Domingo de Resurrección.
También comentó que en las iglesias de Estados Unidos los niños realizan una búsqueda de huevos de chocolate o de plástico con golosinas dentro. “Se hace en un clima pascual, es por el gozo de la resurrección del Señor que es dulce. Para ellos es un día especial porque sus padres no batallan con ellos por comer dulces sino que lo permiten. Entonces hay un poder catequético en estos símbolos”.
Alejandro Bermúdez también resaltó que el huevo y el conejo de Pascua son “símbolos que no podemos rechazar sino recuperarlos” en su contenido cristiano.
El conejo de Pascua
En el caso del conejo de Pascua, indicó que este proviene del hecho que antiguamente la figura de la liebre silvestre se utilizaba como recurso de catequesis para hablar sobre cómo debía ser el camino del cristiano hacia la resurrección.
Las patas traseras de la liebre son grandes, poderosas y sirven para ascender por terrenos empinados. En cambio, las patas delanteras son pequeñas y débiles.
“Esas patas hacen que al conejo le sea fácil ascender y difícil descender. Esto era utilizado para representar el camino de la vocación del cristiano. Debe ser reacio y difícil a ir hasta abajo en su vida moral y a la vez debe ser pronto, presto y ágil para ir hacia arriba, hacia la resurrección del Señor”.
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Los Papas y los huevos de Pascua
En el año 2009, el Papa Benedicto XVI envió cientos de huevos de Pascua a los niños víctimas del terremoto que sacudió la ciudad de L´Aquila, en el centro de Italia, que dejó un saldo de 300 muertos.
En el 2012, un grupo de artesanos de la localidad italiana de Cremona, obsequiaron a Benedicto XVI un huevo de Pascua hecho de chocolate que medía 2 metros y medio y pesaba 250 kilos. El Pontífice recibió el regalo y lo donó a los jóvenes que estaban recluidos en la correccional Casal del Marmo de Roma.
Por su parte, en el año 2014 el Papa Francisco envió 150 huevos de Pascua al Hospital Pediátrico Bambino Gesù (Niño Jesús) para alegrar a los niños enfermos de cáncer.
Este año 2017, el Santo Padre entregará huevos de Pascua de la marca Kinder a los niños que están en el centro de acogida de Cáritas Roma.
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