sboa – Portugal (Miércoles, 05-04-2017, Gaudium Press) Conforme informaciones de la agencia ECCLESIA un diácono chino perteneciente a la comunidad Católica que el régimen comunista denomina católica ‘clandestina’ realizó una serie de encuentros discurriendo sobre la situación de “persecución” en su país.
Por motivo de seguridad, el nombre del diácono no fue citado. Entretanto, él reveló con mucha propiedad y con datos objetivos que el actual sistema de control del régimen comunista sobre las comunidades religiosas no permite a los católicos “vivir la fe con libertad”:
“Muchos dieron la vida por dar testimonio de la importancia de la fe, de la importancia de Cristo”, dijo el diácono.
Conocer la realidad
Afirmando que “es preciso que las personas sepan lo que está pasando (en toda China) y así puedan conocer la realidad”, el diácono chino presentó su testimonio en encuentros de oración y reflexión. Él pasó por varias ciudades, entre ellas, Évora, Lisboa, Amadora y Setúbal.
Los comunistas de Pekín crearon, en 1957, una “Iglesia oficial”, la APC – Asociación Patriótica Católica, según ellos, para evitar interferencias extranjeras, en especial de la Santa Sede, y para asegurar que los católicos vivan en conformidad con las políticas del Estado, lo que incluye el control sobre el nombramiento de obispos, una prerrogativa que solo puede ser usada por la Santa Sede.
Fe: sustentáculo de los católicos chinos
Los católicos que siguen las indicaciones de Roma, no reconociendo a la APC, viven en una Iglesia ‘clandestina’ y “la fe es lo que sustenta a los católicos que viven esta situación difícil”, declara el diácono chino.
La existencia de dos comunidades católicas en China, una ligada al Papa y la otra a los comunistas, ha sido objeto de negociaciones entre Pekín y la Santa Sede. Pero, para el diácono, es poco admisible que “todo cambie de un día para otro”.
“En otros países existe más facilidad para vivir la fe y nosotros queremos esa libertad, el derecho a vivir de esa forma”, dijo el diácono en su testimonio:
En China, “obispos, sacerdotes y laicos son todavía hoy perseguidos, presos y oprimidos”, subrayó él.
El Papa Francisco ya confesó su “admiración” por China y admitió su deseo de visitar el país.
Sobrevolando el territorio chino, en 2014, Francisco envió mensajes a Xi Jinping. (JSG)
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