Redacción (Jueves, 04-05-2017, Gaudium Press) Cuando ya estamos bien próximos de las conmemoraciones del centenario de la primera de las Apariciones de Nuestra Señora en Fátima, recordamos episodios ocurridos durante las dichas Apariciones que, iniciando en mayo de 1917, se prolongaron hasta octubre del mismo año.

Tres Secretos

Durante las apariciones en la Cova de Iria, entre mayo y octubre, hace cien años, la Virgen María confió a los tres videntes, tres secretos.

El primero de estos secretos fue una visión del infierno. Un hecho que conmovió profundamente a los pastorcitos de Fátima. A partir de este secreto-visión ellos pasaron a rezar intensamente por la conversión de los pecadores. La visión duró un rápido instante, lo suficiente para que ellos nunca más la olvidasen. Fue un recuerdo que les grabó en la memoria para el resto de sus vidas.

La Hermana Lucía así describe lo que vieron:

“Había demonios y almas sumergidas en un gran mar de fuego (…) entre gritos de dolor y gemidos de desespero que horrorizaban y hacía estremecer de pavor”.

Un secreto profético

El segundo secreto fue, en realidad una profecía.

La Santísima Virgen dijo a los tres pastores que, si los hombres no dejasen de ofender a Dios, comenzaría otra guerra, más sangrienta y destructiva que aquella que ocurría en la ocasión de las apariciones. Vino la II Guerra Mundial.

Nuestra Señora anunció también la expansión del Comunismo, entonces, recién instalado en Rusia por la revolución bolchevique. Este régimen se expandiría y, con esta expansión, el surgimiento de las consecuentes nuevas persecuciones a la Iglesia y al Papado.

Para que estos males pudiesen ser evitados la Virgen María pidió que fuese establecida en todo el mundo la devoción a su Inmaculado Corazón y que el Papa, en persona, consagrase a Rusia a este mismo Corazón Inmaculado.
El Papa Juan Pablo II, en 1984, hizo esta consagración.

El tercer secreto de Fátima

En otra visión, entre las seis que ocurrieron, Nuestra Señora habló del “Tercer Secreto de Fátima”:

Los tres pastores vieron como si fuese un obispo vestido de blanco que ellos luego identificaron como siendo el Papa que moría asesinado junto a religiosos, sacerdotes y laicos de diversas clases sociales.

Se trata de una revelación que muchos interpretan como siendo las persecuciones por las cuales pasó la Santa Iglesia durante el siglo XX en las manos del Comunismo.

El hilo que une los tres secretos

Aunque la mayor parte de las revelaciones de los “Secretos” hablen de sucesos pasados, todos ellos se encuentran ligados y unidos entre sí por un hilo conductor: el llamado a la conversión hecho a todos los pecadores. Eso porque la mala conducta de la humanidad es la principal causa de los males del mundo.

Y es también aquí en esas revelaciones y apelaciones de la Madre de Dios donde se encuentra la actualidad constante del Mensaje de Fátima. (JSG)