Zagreb (Lunes, 26-03-2018, Gaudium Press) El pasado sábado 24 de marzo miles de croatas protestaron en la ciudad de Zagreb en contra de la implementación de la llamada “Convención de Estambul”, el tratado internacional sobre la prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica. Los creyentes criticaron la implementación por las determinaciones que promueven la ideología de género y que afectan temas de educación y de familia sobre los cuales los Obispos del país se han pronunciado reiteradamente.
Protestas en Zagreb contra la Convención de Estambul. Foto: H U Benedict. |
Las protestas se registraron dos días después de que el Primer Ministro Andrej Plenkovic anunciara que la Convención de Estambul sería presentada al Parlamento para su ratificación. Los creyentes congregados con banderas de Croacia y símbolos cristianos denunciaron la incompatibilidad de algunos puntos del acuerdo con la identidad cristiana del país e incluso acusaron al gobierno de traicionar los sentimientos de los electores.Como respuesta a la protesta, el Primer Ministro hizo un anuncio oficial de que la ratificación de acuerdo incluiría un artículo en el cual se afirme que los contenidos de las escuelas no introducirían la ideología de género y que se preservaría la protección constitucional sobre la definición del matrimonio.
Estos dos temas han sido subrayados por los Obispos del país en varias declaraciones al respecto de la Convención. Los prelados croatas alertaron en noviembre de 2017 que los compromisos que el país adquiere harían una educación “más dependiente y sujeta a numerosas a manipulaciones posibles. Las consecuencias de esto son particularmente evidentes en la representación de una antropología distorsionada y los intentos de imponerla a través del sistema educativo”. Los Obispos alentaron a los padres de familia, “primeros y privilegiados educadores de sus hijos” a exigir sus derechos participando en el diseño de los contenidos de enseñanza, “especialmente aquellos asociados con sus creencias religiosas y su visión del mundo”.
Los prelados también destacaron el carácter de la familia como santuario de la vida y base fundamental de la sociedad y rechazaron la promoción de “una ideología que está destinada a cambiar los fundamentos mismos de la comprensión antropológica de la familia”. Los Obispos reafirmaron que la Iglesia se opone a cualquier forma de violencia contra hombres, mujeres o niños y que reconoce que la violencia doméstica no es sólo un asunto privado sino también un problema social importante, “un mal sobre el cual tenemos que hablar y hacer todo lo posible para erradicarlo”. Sin embargo, advirtieron que esta labor no debería estar sujeta a ninguna ideología: La convención, “de forma velada, introduce una nueva comprensión de la sexualidad humana que se dirige a la estructura misma de la persona”. los Obispos pidieron un debate abierto y público en la sociedad croata y recomendaron no ratificar el acuerdo.
Con información de Le Parisienne y Conferenci
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