A partir del siglo IV aparecen fiestas marianas: en algunas se exalta el papel de la Virgen en la historia de la salvación, en otras se celebran los momentos principales de su existencia terrena” Esta fiesta, común a la tradición oriental y occidental, se celebraba ya en el siglo IV, y se llamaba “el Recuerdo de María”; dos siglos más tarde, recibió el nombre de la “Dormición”. Posteriormente se proclamó el dogma de la Asunción, el 1 de enero de 1950, con la constitución apostólica Munificentissimus Deus.