El Papa pide a la sociedad no sólo que reconozca el papel social y profesional de las mujeres, sino que también reconozca el valor de las responsabilidades maternales y familiares. Lo que se necesita, es que los diversos papeles desarrollados por las mujeres se combinen armoniosamente. Hacer esto necesita el concepto de la teología del trabajo, de manera que a los deberes familiares se les dé todo su valor.