El mensaje de Fátima está en el mensaje central del cristianismo”.
Por fin mi Inmaculado corazón triunfará”
El lenguaje de María es sencillo, adaptado a los niños. Con palabras realistas, los introduce en el drama de la vida; les pide su colaboración y, ante la disponibilidad generosa de Jacinta, Francisco y Lucía, les revela: “Entonces, deberéis sufrir mucho, pero la gracia de Dios será vuestra fuerza” (Primera aparición, 13 de mayo de 1917). La Virgen escoge niños inocentes como colaboradores suyos privilegiados para combatir, con las armas de la oración y la penitencia, el sacrificio y el sufrimiento, la terrible lepra del pecado que corrompe a la humanidad.
Cuando celebramos el centenario de Fátima, entendemos que no estamos celebrando meramente una serie de eventos en el pasado, sino algo actual. “El mensaje de paz que trajo la Dama del Cielo, y las prácticas de conversión, transformación del corazón, oración y compromiso que ella indicó, son importantes hoy, para la paz del mundo, como lo fueron hace un siglo”.