Rosa de oro

ÁTIMA, 11 May. 17 / 10:35 am (ACI).- El Papa Francisco ofrecerá la tercera rosa de oro al Santuario de la Virgen de Fátima en un especial gesto a su llegada a la Capilla de las Apariciones el 12 de mayo, primera parada de su peregrinación a tierras portuguesas por el centenario de las apariciones de la Madre de Dios en ese lugar.

La rosa de oro la entregará personalmente el Santo Padre luego de la oración que el Papa rezará en la Capilla de las Apariciones.

En el video mensaje que dirigió a los portugueses antes de su viaje a Fátima, el Pontífice anunció este gesto, al afirmar: “Necesito tenerlos conmigo, necesito vuestra unión (física o espiritual, lo importante es que sea de corazón) para mi ramo de flores, mi ‘rosa de oro’. Constituyendo ‘un solo corazón, una sola alma’, los entregaré a todos a Nuestra Señora, pidiéndole por cada uno de nosotros: ‘Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá a Dios’”.

La rosa de oro, explica la página oficial del viaje de Francisco a Fátima, es una distinción que los Papas otorgan a personalidades o santuarios, iglesias o ciudades, en reconocimiento a los servicios dados a la Iglesia o al bien de la sociedad.

La tradición de la rosa de oro está documentada desde el pontificado de León IX (1049-1054), pero parece remontarse hasta finales del siglo VI o principios del siglo VII. La bendición de las rosas de oro ocurre, habitualmente, en el domingo de la alegría casi al final de la Cuaresma.

Esta es la segunda vez que un Papa hace entrega, personalmente y en territorio portugués, de esta distinción. Este gesto ya había sido hecho por Benedicto XVI, el 12 de mayo de 2010.

La primera rosa de oro ofrecida al Santuario de Fátima fue concedida por el Papa Pablo VI el 21 de noviembre de 1964, al final de la tercera sesión del Concilio Vaticano II. La entrega en el Santuario la hizo el Cardenal Fernando Cento.

Pablo VI dijo en la ceremonia de bendición de la rosa que esta tiene un “significado místico, representa la alegría de la doble Jerusalén –Iglesia triunfante e Iglesia militante– y la bellísima flor de Jericó –la Virgen Inmaculada– que es también vuestra Patrona y es la alegría y la corona de todos los santos”.

La rosa, dijo el Pontífice entonces, también es símbolo de penitencia, recordando el mensaje de la Madre de Dios en 1917: “Viendo a la Virgen de Fátima para recordar al mundo el mensaje evangélico de penitencia y de oración”, deben “ser ustedes, queridos hijos, quienes den ejemplo en el cumplimiento de este mensaje”.

San Juan Pablo II

Aunque San Juan Pablo II no obsequió una rosa de oro a la Virgen de Fátima, el especial presente que le hizo tiene un gran significado.

El 13 de mayo de 1981 el Papa Wojtyla fue baleado en la Plaza de San Pedro por el turco Ali Agca, lo que casi le cuesta la vida.

Un año después del atentado, el 13 de mayo de 1982, Juan Pablo II viajó por primera vez a Fátima para “agradecer a la Virgen su intervención para la salvación de mi vida y el restablecimiento de mi salud”.

En 1983 Juan Pablo II formalizó su devoción y agradecimiento a la Virgen obsequiando al Santuario de Fátima la bala que le extrajeron, la misma que está engarzada en la aureola de la corona de la imagen mariana que preside el santuario.

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