En hora de recogimiento y silencio estoy de rodillas ante la imagen de la Madre y Reina Tres veces Admirable de Schoenstatt y me abismo en los grandiosos y poderosos planes que Tú tienes del Universo. El mundo de hoy está enfermo. Parece que nos acercamos a su fin y por eso surge la pregunta ¡Cuál es el sentido de estos grandes sucesos mundiales ? ¿Qué sucederá?Permitenos dirigir una mirada a tus planes universales ,Tu nos introdujisteis en ellos, nos revelaste el gran misterio, el misterio mariano de Schoenstatt según el cual la Madre de Dios, la Madre Reina tres veces admirable de Schoenstatt, ha de desempeñar una triple tarea. Ella dio la vida a Cristo histórico, fue una tarea única y su tarea permanente es darle la vida al Cristo místico. Y en Schoenstatt tiene además la tarea de ser la gran Educadora de los pueblos para conducirlos a Cristo.
Oh Dios Tú nos llamaste a este lugar. Queremos y hemos de preparar a la Madre de Dios un hogar, una escuela de educación.
Te agradecemos que nos hayas distinguido entre tanto otros. Ya le hemos preparado a la Madre de Dios un hogar, le hemos ofrecido una escuela de educación y Ella se estableció aquí.
El pequeño acto de hoy ha de ser una solemne declaración de que en adelante ,la elegiremos más que hasta ahora, como la Reina del Reino Schoenstatiano y la Educadora del pueblo chileno.
Amada Madre y Reina Tres veces Admirable de Schoenstatt , a nombre de nuestra pequeña Familia y de toda la familia de Schoenstatt, te ofrezco la corona. Lo hago a nombre de todos aquellos que algún día encontrarán el camino hasta este Santuario y que en cualquier forma acepten con verdadero amor la palabra Schoenstatt.
En adelante te quiero honrar y reconocer, más que hasta ahora en la gran tarea que tienes en nuestra época.
COmo educadora de las naciones, como Reina del pueblo chileno, eres la que toma en tus manos la educación de cada uno y toda la sociedad. Al recibir la corona garantizas que se realizará el triple mensaje de Schoenstatt , el que has puesto hoy en nuestras débiles manos, Acepta por esto nuestra corona.
Escucha también nuestra promesa :Te queremos ayudar . Tenemos una sola misión en nuestras vidas Tú y tu gran Reino de Schoenstattiano. En alegrías y dificultades , queremos se perfectamente dependientes de Tí ,ello nos traerá una profunda paz interior.
Cuanto máx d´biles nos sintamos en toda situación :necesidades materiales, desvalimiento espiritual, luchas, Tanto más tranquilos queremos estar permanentemente.
Redordamos únicamente : Tú aceptaste la Corona y Tú eres l que reinas como Soberana en el reino de las almas, de Schoenstatt.
Así te pedimos con todo el fervor de nuestras almas: Acepta la corona. Hazte cargo de la responsabilidad que implica la aceptación de la corona y ayúdanos para que nunca olvidemos nuestro deber de poner a tu disposición de toda nuestra fuerza, pero siempre en perfecta dependencia de tu bondad, de tu sabiduría y de tu poder
Junto a nosotros, imploraste esta mañana al Espíritu Santo.Haz de nuestro Santuario, de manera especial, tu Cenaculo . Cuida que el Espíritu Santo descienda sobre todos aquellos que pisan esta tierra y que reconozcan con fe que Tu eres la Reina. Vela para que este lugar se haga de manera perfecta, un segundo Cenáculo. En el cual el Espíritu Santo se despliegue con su triple fuerza, Espíritu Creador Espíritu transformador y como Espíritu Consumador.
Madre haz que este acto sencillo se grabe profundamente en nuestros corazones. Haz que todos y cada uno de nosotros sea alma del Movimiento de renovación.
Un alma no puede existir sin cuerpo. Este cuerpo lo hemos de crear primero ,es decir, Tu lo haz de crear sin nosotros.
Acepta pues la corona y si Tú después también nos quiere regalar una Corona, que ese signo nos recuerde siempre que hemos tomado sobre nosotros la responsabilidad, y , que en total dependencia tuya , nos arriesgamos valientemente en todas las luchas que el Dios Uno y TRino haya previsto para nosotros.