El doctor tramatólogo, igual a su padre. Roberto Raimann, casado con el amor de su vida, su Tolín, María Victoria Pumpin. Han sido un ejemplo de familia y compromiso. Deja muchos legados, el más importante, una linda familia de cinco hijos y un nieto: Roberto, Pedro Pablo y su hijo Pablito, Nicolás, María Victoria y María de los Ángeles. Alguien dice Me tocó ir a misiones familiares con él tan cercano y sencillo.
Nos deja su estampa varonil, generosa, luchadora sin ambigüedades.
Roberto fue un hombre que vivió su vida con pasión y mucha alegría. No se pasaban penas con él. Su pasión por la medicina y el compromiso con cada paciente hizo de él un apóstol de Dios y un ejemplo para todos nosotros, con una vocación de servicio que le hacía ser alguien muy pleno y feliz a pesar del sacrifico y las largas horas de trabajo de su gran y querida vocación de médico. Apasionado por atender a sus amigos y cocinar algo rico, de reírse de la vida, de disfrutar de los caballos, y de las cosas simples, deja una huella profunda para el mundo, para Federación de Familias y para nosotros sus hermanos del curso Apóstoles Alegres. Damos gracias al Señor por su ejemplo y testimonio de vida. Nuestra querida Tolín, quien siempre estuvo a su lado con una entereza y amor increíble, nos ha enseñado cómo vivir la voluntad de Dios con una confianza y fidelidad ejemplar.
Con profundo pesar nos hemos enterado de la partida de este gran ser humano y un tremendo profesional. Tuvimos el honor de haber sido atendidos por el Dr. Raimann en el Hospital Sótero del Río. Llegamos con un problema de mi hijo a su cadera y él nos atendió un día 31 de diciembre. Con un tremendo profesionalismo y dedicación.
El año pasado en plena pandemia intentamos ubicarle y no lo logramos por la contingencia.
Hoy al pensar en él nuevamente para planificar visita a este tremendo ser humano, nos enteramos de su partida. Estamos consternados, debido a que seres como él hay tan pocos.
Enviamos nuestras más sentidas condolencias a su familia y tenemos certeza que esta descansado en el reino del señor.
Me acabo de enterar estoy desbastada no lo puedo creer ni asimilar aún. Es una pena tan Grande que siento salvo la vida de mi hijo no se como explicar lo que sentí por el un ser humano excepcional me dio y animo a mi hijo hasta las lágrimas y salimos adelante con su enfermedad no tengo palabras para expresar el agradecimiento que sentimos por el hasta las lágrimas al enterarnos. Gracia doctor Raimann usted fue un grande. Un abrazo gigante a toda su familia que no tengo dudas debe tener su misma calidad humana. El Señor bendiga a su familia, abrazos sinceros