En mayo de 1943, durante un permiso, regresó del frente y fue admitido al noviciado de la Sociedad de los Pallottinos en el santuario original de Schoenstatt, comenzando un “noviciado volante”, que continuó oficialmente en Olpe (Westfalia), cuando fue liberado de su prisión en el año 1945. Lo concluyó el 11 de octubre de 1947 al ser admitido a la Sociedad de los Pallottinos (SAC – Societas Apostolatus Catholici) con sus primeros votos. Realizó sus estudios de filosofía y teología, primero en Olpe (1946-1947), después en Vallendar-Schoenstatt (1947-1949) y, finalmente, en la pontificia Universidad gregoriana de Roma (1949-1952). Fue ordenado diácono el 24 de marzo de 1951 en Roma. Y ordenado sacerdote el 1 de julio de 1951 por el arzobispo Luigi Traglia en el altar de San Vicente Pallotti en la iglesia San Salvatore in Onda de Roma.
Desarrolló su actividad sacerdotal, sobre todo, dentro del movimiento de Schoenstatt. Al finalizar sus estudios fue destinado al movimiento de peregrinos en el santuario de Schoenstatt de 1952 a 1956. Como consecuencia de las tensiones surgidas entre Schoenstatt y los pallottinos, a partir del verano de 1956 se le prohibió seguir trabajando en el lugar de Schoenstatt. Entonces fue trasladado a Mülheim / Ruhr, donde fue profesor de religión en la escuela profesional y se dedicó a la pastoral para jóvenes hasta 1959. En diciembre de 1959 se le encargó la pastoral carcelaria en Frankfurt / Main, en la que trabajó hasta 1966.
Al regreso del P. Kentenich del exilio de Estados Unidos, el P. Mosbach pudo volver a trabajar en el movimiento de Schoenstatt a partir de julio de 1966: con las madres (1966-1981), en la Federación de Madres (hasta 1990) y en la Liga de mujeres universitarias (1969-1983). Desde 1976 hasta 1998 trabajó también como asistente espiritual en el Instituto de Familias de Schoenstatt. Todos los trabajos oficiales terminaron al cumplir 75 años de edad. Pero en lo que le fue posible, siguió colaborando en la Liga de mujeres profesionales”.
VER SACRUM, PRIMAVERA SAGRADA
“En la turbulenta época del nacionalsocialismo y de la segunda guerra mundial, creció en la generación de la llamada “Ver Sacrum” (Primavera Sagrada), que se orientaba conscientemente en la generación fundadora de Schoenstatt de la época de la primera guerra mundial: en su vinculación creyente a la Virgen y al santuario, en su disponibilidad para el trabajo y para el sacrificio al servicio de una gran misión para la Iglesia y la sociedad.
El símbolo de la luz perpetua de la “Ver sacrum”, que la juventud masculina colocó en el santuario original en la noche de Año Nuevo de 1940/41, se convirtió en expresión de la viva responsabilidad de esta generación por el lugar de Schoenstatt, por su fuente de vida y por su misión.
Debido a su formación y a su actividad, creció en el P. Mosbach una fuerte vinculación a los dos fundadores, Vicente Pallotti y el P. Kentenich. De ellos recibió una clara orientación y ayuda para recorrer su propio camino. Durante toda su vida como sacerdote, se puso a disposición de esa misión y de la obra surgida de ella.
Los años vividos en Roma le regalaron, sobre todo, la vinculación con la persona de San Vicente Pallotti, como también la dedicación creyente a su misión y a su realización en Schoenstatt.
La actividad en Schoenstatt le llevó a una profunda vinculación con el Padre Kentenich, con su persona, con su espiritualidad, su tarea de vida y con su familia de Schoenstatt. Así, en 1954, pasó a formar parte del “Treuekreis” (círculo de la fidelidad), que surgió en torno a la persona y al destino del fundador en el destierro. De este modo, se implicó directamente en las discusiones de entonces sobre la imagen directriz y la autonomía de la obra de Schoenstatt en relación con los pallottinos, como también en la comunidad de los Padres de Schoenstatt, que en aquellos momentos estaba empezando a constituirse. Con muchos otros hermanos de la Sociedad de los pallottinos, el P. Mosbach finalmente pudo entrar en esta nueva comunidad de los Padres de Schoenstatt y el 18 de octubre de 1966 entregó en manos del fundador su contrato perpetuo. Los miembros de la generación del “Ver Sacrum” dan a su recién formado curso el nombre de “Patris Ver Sacrum” (Primavera Sagrada del Padre).
El Padre Mosbach consideró siempre un regalo especial de la Providencia Divina, que, tras el regreso del fundador del destierro, pudo estar a su disposición desde 1966 directamente para su obra en Schoenstatt. Así, tras la muerte del P. Kentenich, se esforzó por mantener la cercanía espiritual con él, por llevar a muchos a una vinculación personal con él, por difundir su espiritualidad y por seguir sirviendo a todo el movimiento de Schoenstatt en ese sentido”.
VOSOTROS SERÉIS MIS TESTIGOS HASTA LOS CONFINES DE LA TIERRA
“Vosotros seréis mis testigos hasta los confines de la tierra, vosotros seréis mis testigos porque Yo soy el que os mantiene seguros…”. El estribillo de la canción que las mujeres profesionales le regalaron al P. Mosbach con motivo de sus bodas de oro sacerdotales, no fue sólo una variante acertada del lema de su primera misa, sino también, el hilo conductor de la celebración del movimiento de Schoenstatt con el P. Mosbach el 8 de julio (día de la ordenación sacerdotal del P. Kentenich). Así lo relata la crónica del año 2001. “Este hombre es una bendición, porque piensa en todo, menos en sí mismo,” dijo el entonces director del movimiento de Schoenstatt de Alemania, el P. Tilmann Beller, en la plática, y añadió: “Hemos empezado a pensar en todo, menos en nosotros mismos. El egoísmo infantil, que encontramos a menudo en círculos religiosos, no tiene cabida a su lado. El que piensa en otra cosa que no sea en sí mismo, es una bendición, regala benevolencia al otro. Y cuando alguien piensa en otra cosa que no sea en sí mismo, entonces no se siente ofendido”.
acerdote trabalhava diretamente com Fundador.
Karen Bueno – Com 92 anos, no início do novo século de Schoenstatt, Pe. Rudolf Mosbach parte para a casa do Pai no dia 6 de novembro de 2014. Uma figura que carrega a história viva de Schoenstatt, estando presente em momentos decisivos da Obra Internacional, Pe. Mosbach pode contemplar o futuro do Movimento – pelo qual dedicou a vida – junto ao Fundador no céu.
A trajetória do Padre de Schoenstatt que pertenceu à geração Ver Sacrum – o último integrante ainda vivo – revela uma história de fidelidade, entrega e ousadia, colocando-se inteiramente à disposição de Deus como uma Primavera Sagrada do Pai.
Acompanhe o obituário que narra a vida de Pe. Rudolf Mosbach, escrito por Pe. Theo Breitinger e publicado no site schoenstatt.org:
Em maio de 1943, durante uma licença da frente de combate à qual pertencia, foi recebido no Santuário Original de Schoenstatt, no Noviciado dos Pallottinos, e começou um “noviciado em voo” que continuou oficialmente em Olpe, na Vestefália/Alemanha, depois da sua libertação da prisão no ano de 1945. Em 11 de outubro de 1947 entrou para a Comunidade dos Pallottinos (SAC – Societas Apostolatus Catholici) com as suas primeiras promessas.
Os estudos de Filosofia e Teologia foram feitos por Rudolf Mosbach primeiro em Olpe (em 1946 e 1947) e depois em Schoenstatt-Vallendar/Alemanha (1947 a 1949) e por fim na Pontifícia Universidade Gregoriana de Roma (1949 a 1952). Recebeu o diaconato em Roma no dia 24 de março de 1951 e a ordenação sacerdotal foi em 1º de julho, também de 1951, pelas mãos do Arcebispo Luigi Traglia, no altar de São Vicente Pallotti, na igreja de San Salvatore in Onda, Roma.
Exerceu sua atividade sacerdotal principalmente no interior do Movimento Apostólico de Schoenstatt. Depois da conclusão dos seus estudos foi colocado, de 1952 a 1956, no Movimento de Peregrinos, junto ao Santuário em Schoenstatt. Esta atividade, a partir do verão de 1956, lhe foi proibida por conta das tensões existentes entre Schoenstatt e os Pallottinos. Assim foi deslocado para Mülheim, na região do Ruhr/Alemanha, e ali foi professor de religião na Escola Profissional e também diretor espiritual da juventude até 1959. Em Dezembro de 1959 foi encarregado da assistência religiosa à prisão de Frankfurt/Alemanha, cargo que exerceu até 1966.
Depois do regresso do Fundador, Pe. Kentenich, do exílio nos Estados Unidos, pôde também o Pe. Mosbach, a partir de Julho de 1966, voltar a trabalhar no Movimento de Schoenstatt: na Liga das Mães (1966-1981), na União das Mães de Schoenstatt (até 1990) e na Liga das Universitárias (1969-1983). No ano de 1976 assumiu o encargo de ser assessor espiritual do Instituto de Famílias de Schoenstatt, e isto até 1988. Todos os encargos oficiais terminaram ao completar 75 anos de idade, no entanto, enquanto lhe foi possível trabalhou ainda, para lá desse limite, na Liga das Profissionais.
Ver Sacrum, Primavera Sagrada
Nos tempos perigosos do Nacional-Socialismo e da Segunda Grande Guerra, Pe. Mosbach cresceu no interior da geração chamada “Ver Sacrum” (Primavera Sagrada). Esta geração se orientava, conscientemente, na geração fundadora de Schoenstatt, que vivenciara a Primeira Grande Guerra, nos seguintes aspectos: na sua vinculação cheia de fé a Nossa Senhora e ao Santuário, e na sua prontidão para o sacrifício e para a ação ao serviço de uma grande missão para a Igreja e para a sociedade.
O símbolo do “Ver Sacrum” – a lamparina do Santíssimo – foi colocado pela Juventude Masculina de Schoenstatt no Santuário Original na noite de Ano Novo de 1940/41, e tornou-se expressão da responsabilidade vigilante desta geração pelo lugar da fundação e fonte da vida de Schoenstatt.
Por sua formação e atividade, cresceu no Pe. Mosbach uma forte vinculação a ambas as figuras fundadoras: Vicente Pallotti e Pe. Kentenich. Delas recebeu indicações claras e reiterada ajuda para seguir o seu próprio caminho. À sua missão e à Obra daí decorrente pôs ele à disposição toda a sua vida sacerdotal.
Os anos de Roma deram-lhe, sobretudo, a vinculação à pessoa de São Vicente Pallotti, o que orientou a sua fé na missão dele e na sua concretização através de Schoenstatt.
A atividade em Schoenstatt conduziu-o a uma profunda vinculação ao Pe. Kentenich, à sua pessoa, à sua espiritualidade, à missão da sua vida e à sua Família de Schoenstatt. Assim, entrou em 1954 no “Treuekreis“ (círculo fiel), que se formou em torno da pessoa e do destino do Fundador que vivia no exílio. Com isto foi diretamente envolvido nas discussões de então, que refletiam sobre o modelo e a autonomia da Obra de Schoenstatt frente aos Pallottinos, como também sobre a nova comunidade dos Padres de Schoenstatt, que acabava de se formar.
Com grande número de coirmãos da Sociedade dos Pallottinos, também o Pe. Mosbach pôde finalmente entrar na nova comunidade dos Padres de Schoenstatt e, em 18 de outubro de 1966, colocar nas mãos do Fundador o contrato perpétuo. Os elementos da geração “Ver Sacrum” deram ao seu curso, novamente constituído, o nome de “Patris Ver Sacrum” – Primavera Sagrada do Pai.
Para o Pe. Mosbach, era um presente especial da Divina Providência que ele sempre de novo meditava (e agradecia), de poder estar diretamente à disposição do Fundador, depois do seu regresso do exílio, desde 1966, para a Obra de Schoenstatt. Assim também, depois da morte do Pe. Kentenich, se esforçava por conseguir uma correta proximidade espiritual com ele e também levar muitos a uma vinculação pessoal com o Fundador, difundir sua espiritualidade e continuar a servir todo o Movimento de Schoenstatt.
“Ele pensa mais nos outros que em si mesmo”
“Vós sereis para mim testemunhas até aos confins do mundo, vós sereis minhas testemunhas, pois sou eu que vos sustenho…”. O refrão do cântico que as Profissionais ofereceram para as Bodas de Ouro Sacerdotais do Pe. Mosbach não é só uma feliz variação ao tema da sua primeira Missa, mas também algo especial da festa que o Movimento de Schoenstatt, em 8 de julho – dia da ordenação sacerdotal do Pe. Kentenich –, celebrou com o Pe. Mosbach.
Assim se lê num relato do ano de 2001: “Este homem é uma bênção, porque ele pensa mais nos outros do que em si mesmo”, isto dizia o então Diretor do Movimento de Schoenstatt na Alemanha, Pe. Tilmann Beller, na homilia da festa, e explicava: “Começou a pensar mais nos outros do que em si mesmo. O egoísmo infantil, que muitas vezes se encontra em círculos espirituais, não encontrava nenhum lugar à sua volta. Aquele que pensa mais nos outros do que em si mesmo é uma bênção, oferece simpatia aos outros. E quando alguém pensa mais nos outros do que em si mesmo, então também não se ofende”.