Hernan Krause de Chile

Hernan Krause de Chile

 

Hernán Krause.  Laico, consagrado, célibe, ofrecido a Dios,  para entregarse a las personas en un apostolado de acompañamiento y cercanía humana, para momentos difíciles o para soñar con la construcción de un mundo de acuerdo al querer de Dios, en la vida diaria, en el trabajo y en las vinculaciones humanas. Perteneció al grupo de juventud “Sicut Luminis sui claritatem infundet” , llamado también los Caballeros del Fuego.
Médico oncólogo en  la ciudad Viña del Mar, Chile. Médico de los pobres,  a quienes no les cobraba la atención entregada.
Fundador del Movimiento de Schoenstatt en Chile, Argentina, Paraguay , Bolivia, Ecuador y Venezuela.
Vivió para  encender los corazones de otros.

 

 

 

DOMINGO, NOVIEMBRE 13, 2005

 

ENTREVISTA A HERNAN KRAUSE V.

Qué se siente haber formado parte de esa historia de fundación?– 

Que eres instrumento. Evidentemente que no es poder tuyo, que la Virgen habla a través tuyo y que Dios te usa. Yo creo que ahí está muy profundamente la fe para proyectar la fuerza del bien. Si el bien es tan poderoso como la fuerza del mal, pero a veces no creemos con el empuje, con la energía que debiéramos creer. Somos tibios en nuestra fe para penetrar este mundo en este momento de tanta violencia. (..) Debemos presentar que estar con Dios es realmente humanizante.

¿Qué fue lo que más le llegó de esa primera invitación a Schoenstatt?– 

La decisión de mirar el cristianismo como una cruzada, porque nos comparábamos en ese tiempo con lo que ya venía de la fuerza marxista de juventud y de entrega, cuya cumbre llega con el Che Guevara, y que en el fondo captaba culturalmente, musicalmente, como creación, mucho más fuerte que cualquier catolicismo. Schoenstatt nos mostraba una misión y eso fue captado muy hondamente.

¿Qué los motivó a iniciar la misión latinoamericana?– 

Con la Misión del 31 de Mayo empezamos a descubrir la proyección de Schoenstatt en la Iglesia, no como una devoción mariana, sino como una proyección de fortalecimiento de la Iglesia y del mundo, frente a todas estas corrientes marxistas que entusiasman a la juventud. La bandera del 31 de Mayo nos significó una polaridad competente: nos sentíamos guerrilleros de la Mater.
“Lo que más admiro del Padre Kentenich es que fue el gran profeta de los tiempos. Realmente toma en cuenta todo el hombre, tanto en el orden humano como en el orden sobrenatural Esto que el orden de ser determina el orden de actuar es tan básico, es tan simple como que esto es silla –explica afirmándose en una y no es para estar bailando aquí encima, es para sentarse. El orden de ser no lo puedes evadir”.

 

 

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